domingo, 15 de mayo de 2011

El juego

El juego es una necesidad vital para los niños. A través del juego el niño se desarrolla física y psicológicamente, pero ¿ Porqué no dejamos jugar a los niños libremente? Explorar, descubrir por ellos mismos las cosas, dejar de dirigir sus juegos, dejar al niño jugar con libertad pero por supuesto con responsabilidad.

Dejemos que los niños se ensuencien cuando jueguen con el barro o con la pintura o que se mojen con el agua, después ya les limpiaremos o secaremos, porque cuando un niño juega libre es feliz ¿ Han visto las caras de los niños cuando están siendo libres? Es maravilloso ver cómo disfrutan y viven el momento presente, el aqui y el ahora... Deberíamos de aprender de ellos en este sentido. Pero siempre están las madres o padres que rompen estos encantadores momentos con frases como: ¡ Cuidado! ¡Te vas a caer! ¡Te vas a ensuciar! ¡Bájate de ahí! ... y aunque es necesario protegerles para que no se lastimen, muchas veces es excesivo el continuo de prohibiciones y limitaciones que muchas veces están lejos de la realidad.



Sé que es complicado ponernos en su lugar y empatizar con ellos, porque en la mayoría de casos no recordamos cómo nos sentíamos cuando jugábamos libremente, de cómo explorábamos el mundo... eso si tuvimos la suerte de poder hacerlo.

Para todos aquellos que no lo recuerdan, si pudiéramos ver a traves de los ojos de un niño, para él todo es descubrimiento, el mundo es un lugar por descubrir hasta el más insignificante detalle para nosotros ( como puede ser ver cómo cae el agua cuando abrimos el grifo) para él es algo fantástico.

Para explorar el mundo el niño necesita de todos sus sentidos y de todo su cuerpo. Necesita experimentar a través de ellos, desde ver como cae un trozo de plastilina cuando la tira hacia arriba hasta tirarse al suelo para saber lo que se siente. El niño necesita disponer de momentos en los que pueda jugar libremente y dónde pueda imaginar, crear, descubrir y/o experimentar el mundo que le rodea.

Y por otro lado, ¿Cuantas veces lo padres juegan con sus hijos? ( y no me refiero a "mientras tú juegas yo te miro o yo hago algo" sino a estar al 100%) y es normal a veces no poder hacerlo pues se deben de atender otras muchas responsabilidades. Pero debemos de sacar tiempo todos los días para jugar con los niños,y al igual que ellos hacen con nosotros, estar con todos los sentidos, viviendo el momento presente, aprendiendo y disfrutando de cada momento que compartamos con ellos.

Os dejo un enlace muy interesante relacionado con esta entrada Alegría  

domingo, 8 de mayo de 2011

Educación= diálogo y respeto

¿Porqué se agrede a los niños?
Cuando se tienen ganas de agredir o se agrede a un niño, habría que preguntarse
¿ De dónde viene esa rabia y frustración? Y seguramente encuentren que su hijo sólo esta reaccionando y respondiendo al comportamiento y actitud que sus padres o educadores están teniendo con él. Posiblemente el niño no esté recibiendo la atención y los cuidados que requiere, y el educador por su parte esté sobrecargado de sus responsabilidades diarias o por alguna situación familiar, laboral o de cualquier otro tipo que lo está desbordando.

Si los educadores fueran conscientes de que son los únicos responsables de la “actitud o comportamiento” que muestran los niños quizás cambiarían las cosas. Pero en palabras de los propios padres encontramos frases como “es que los niños son muy malos” “ se comportan muy mal” “ me sacan de quicio” ¿Cuantas veces hemos escuchado frases así?y realmente quien se comporta mal y está fuera de quicio son ellos mismos.

Cuando hablo de agresión me estoy refiriendo a palmadas en el culo, gritos u otras faltas de respeto similares. No voy a entrar a valorar los malos tratos a la infancia que están penados por la ley. Afortunadamente para los padres, y desgraciadamente para sus hijos, este tipo de “daños menores” son reconocidos y normalizados por la sociedad. Y aunque, siendo optimista, apuntamos a una educación diferente basada en en diálogo y el respeto, aún son muchos los padres y educadores que usan estos métodos.

Con respecto a este tema, quizás algunos piensen que tengo una postura radical, y es cierto, bajo ningún concepto admito ningún tipo de agresión física y psicológica sea dirigida a los niños o hacia cualquier tipo de persona, para mi utilizar la violencia física o verbal no tiene cabida, es intolerable e inadmisible.

Lo único que se consigue al gritarle o pegarle a un niño es que , por una parte el educador descargue un poco su frustración y su rabia y por otra, silenciar a un niño que ahora asustado, normaliza y repite ese tipo de conductas y que aunque parezca que sí, no entiende el porqué de las mismas. Porque ese tipo de conductas no tienen sentido alguno.

Sin embargo ¿ porqué se comportan mal los niños? sobre esto les remito a una entrevista realizada a Rebeca Wild en la que expone que "Si se siente bien no se porta mal" “.Porque cuando un niño se “comporta mal” lo que nos está pidiendo es ayuda, porque lo necesita es que sean atendidas sus necesidades físicas y/o emocionales. Porque si un niño es feliz y son atendidas al 100% sus necesidades ( y no me refiero a comprarles juguetes, o todo lo que pidan para compensar la ausencia fisica y/o emocional de sus padres) no se comportará mal.


Los padres y educadores deben ser conscientes y asumir su responsabilidad como educador y/o padre, y saber que son modelos a imitar por sus hijos. Y cuando digo esto último, lo digo porque continuamente muchos padres y educadores cometen incongruencias en su comportamiento y actitud como al decirles que no hagan algo cuando ellos son los primeros en hacerlo, o  pedirles por el contrario que hagan algo cuando ellos no lo hacen.

Pero lo importante es saber que SE PUEDE CAMBIAR, aunque para eso lo más importante es querer cambiar, haber asumido la responsabilidad que se tiene con los niños y admitir que gritarle o pegarle no es la forma correcta de actuar.

A cualquier educador o padre que utilice estos métodos le recomendaría que primero solucionara sus problemas personales para poder disfrutar de sus hijos al 100% ,con todos los sentidos, y así poder escuchar y atender todas sus necesidades. Porque cuando existe una educación consciente y responsable, educar se convierte en el acto de amor más grande del mundo.

domingo, 1 de mayo de 2011

Educar en autorealización

Uno de los objetivos más importantes que debe tener cualquier padre o educador, es favorecer y promover la autorealización del niño, para ello primero, y tal y como explica Maslow en su pirámide de necesidades, se deben satisfacer sus necesidades primarias o fisiológicas ( como por ejemplo la alimentación o el descanso), de seguridad, de pertenencia o afiliación y de amor.

Una persona autorealizada es una persona madura, equilibrada, autosuficiente, positiva, auténtica, con un proyecto de vida,que vive el presente, que no tiene miedo a lo desconocido, que cree en el ser humano, en la verdad, la bondad y la belleza, etc.


Pero ¿ Cómo podemos educar a nuestros hijos para que se conviertan en personas autorealizadas? Bernabé Tierno en su libro " Valores humanos" nos da unos valiosos consejos:

1) Para que tu hijo aprenda a ser él mismo, permítele tanta libertad cuanta sea posible con arreglo a su edad y que sea capaz de tener decisiones propias y elegir entre varias opciones, siempre que no peligre su seguridad.
2) La naturaleza está plagada de vida y de enseñanzas. Pon a tu hijo en contacto con los animales, las plantas y los fenómenos naturales. Que disfrute del sol y de la lluvia. del valle, de la montaña y del arroyo y llene todo su ser de naturaleza y de vida.
3) Transmite a tus hijos la certeza de que jamás está todo perdido, que siempre hay alternativas y que se logra el éxito en la medida en que sabemos aprovechar los fracasos y no perdemos ni un instante en lamentaciones y derrotismo.
4) Elogia y alienta todas las buenas acciones más o menos meritorias de cada día y enseña a tus hijos a felicitarse y sentirse dichosos tras cada esfuerzo y conducta positiva. El niño que comparte hoy sus juguetes con otros niños o que se atreve a defender a un compañero maltratado, es el hombre del mañana cuyo proyecto de vida será hacer el bien a los demás.
5) Enseña a tus hijos el autocontrol y dominio de sí mismos con tu ejemplo. Cada vez que vengan a ti llenos de ira, con conductas violentas o caprichosas, niégate a entablar discusión alguna con estas palabras: «Sólo cuando estés calmado y tranquilo, podremos hablar y entendernos. Jamás hablaré contigo si no estás sereno y dispuesto a respetarme como yo te respeto.» A los niños pequeños invítales a retirarse a su habitación mientras se calman sus nervios y se tranquilizan. No admitas el diálogo, si no es con serenidad, respeto mutuo y modales civilizados.
6) Comenta con tus hijos la belleza de las buenas acciones, habla con ellos de los valores y de la necesidad de cultivar las necesidades superiores de bondad. belleza, verdad, amabilidad y de cómo se puede encontrar la auténtica felicidad disfrutando cada día haciendo el bien y realizando el propio proyecto de vida.
7) Somos lo que son nuestros pensamientos. Enseña con tus actitudes y tu vida a tus hijos a pensar siempre de manera positiva y esperanzada. Como dice O. S. Marden, «el pensamiento recto y placentero es germen de salud y prosperidad y factor de éxito». 8) Enséñales a sentirse orgullosos de si mismos, por ser únicos e irrepetibles. Que respeten su propia individualidad y a prendan a tener criterio de personalidad, a salir de la manada y tomar sus propios derroteros.
9) La paz consigo mismo no tiene precio. Cada uno de nosotros, por ser personas, somos más importantes que todas las cosas por valiosas que sean. Que nuestros hijos aprendan que las personas siempre son más importantes que las cosas.
10) No permitas a tus hijos que les sea rentable manipularte, sacarte de quicio, chantajearte, obligarte a castigarles o a responderles con actos violentos. Ignóralos cuando así se comporten, apártate, tómate tu tiempo y responde siempre con una actitud equilibrada, con calma y dominio de la situación.
11) Jamás mientas a tus hijos. Sé veraz y auténtico y alábales siempre por ser sinceros, por decir la verdad, aunque las circunstancias no les sean favorables, por haber elegido ser fieles a sí mismos.
12) Reduce al mínimo el número de exigencias, mandatos y normas. No les agobies ni atosigues constantemente. Permíteles aprender por sí mismos de sus propias experiencias.
13) Enséñales a ser generosos y altruistas, a olvidarse un poco de sí mismos y pensar en los demás, a dar de lo que les sobra, a compartir lo que tienen, a ayudar a los más necesitados en alegre actitud de servicio.
14) Respeta su intimidad, sus cosas, su mesa de estudio, su correspondencia... y enséñales a respetar a los demás y su intimidad.