domingo, 8 de mayo de 2011

Educación= diálogo y respeto

¿Porqué se agrede a los niños?
Cuando se tienen ganas de agredir o se agrede a un niño, habría que preguntarse
¿ De dónde viene esa rabia y frustración? Y seguramente encuentren que su hijo sólo esta reaccionando y respondiendo al comportamiento y actitud que sus padres o educadores están teniendo con él. Posiblemente el niño no esté recibiendo la atención y los cuidados que requiere, y el educador por su parte esté sobrecargado de sus responsabilidades diarias o por alguna situación familiar, laboral o de cualquier otro tipo que lo está desbordando.

Si los educadores fueran conscientes de que son los únicos responsables de la “actitud o comportamiento” que muestran los niños quizás cambiarían las cosas. Pero en palabras de los propios padres encontramos frases como “es que los niños son muy malos” “ se comportan muy mal” “ me sacan de quicio” ¿Cuantas veces hemos escuchado frases así?y realmente quien se comporta mal y está fuera de quicio son ellos mismos.

Cuando hablo de agresión me estoy refiriendo a palmadas en el culo, gritos u otras faltas de respeto similares. No voy a entrar a valorar los malos tratos a la infancia que están penados por la ley. Afortunadamente para los padres, y desgraciadamente para sus hijos, este tipo de “daños menores” son reconocidos y normalizados por la sociedad. Y aunque, siendo optimista, apuntamos a una educación diferente basada en en diálogo y el respeto, aún son muchos los padres y educadores que usan estos métodos.

Con respecto a este tema, quizás algunos piensen que tengo una postura radical, y es cierto, bajo ningún concepto admito ningún tipo de agresión física y psicológica sea dirigida a los niños o hacia cualquier tipo de persona, para mi utilizar la violencia física o verbal no tiene cabida, es intolerable e inadmisible.

Lo único que se consigue al gritarle o pegarle a un niño es que , por una parte el educador descargue un poco su frustración y su rabia y por otra, silenciar a un niño que ahora asustado, normaliza y repite ese tipo de conductas y que aunque parezca que sí, no entiende el porqué de las mismas. Porque ese tipo de conductas no tienen sentido alguno.

Sin embargo ¿ porqué se comportan mal los niños? sobre esto les remito a una entrevista realizada a Rebeca Wild en la que expone que "Si se siente bien no se porta mal" “.Porque cuando un niño se “comporta mal” lo que nos está pidiendo es ayuda, porque lo necesita es que sean atendidas sus necesidades físicas y/o emocionales. Porque si un niño es feliz y son atendidas al 100% sus necesidades ( y no me refiero a comprarles juguetes, o todo lo que pidan para compensar la ausencia fisica y/o emocional de sus padres) no se comportará mal.


Los padres y educadores deben ser conscientes y asumir su responsabilidad como educador y/o padre, y saber que son modelos a imitar por sus hijos. Y cuando digo esto último, lo digo porque continuamente muchos padres y educadores cometen incongruencias en su comportamiento y actitud como al decirles que no hagan algo cuando ellos son los primeros en hacerlo, o  pedirles por el contrario que hagan algo cuando ellos no lo hacen.

Pero lo importante es saber que SE PUEDE CAMBIAR, aunque para eso lo más importante es querer cambiar, haber asumido la responsabilidad que se tiene con los niños y admitir que gritarle o pegarle no es la forma correcta de actuar.

A cualquier educador o padre que utilice estos métodos le recomendaría que primero solucionara sus problemas personales para poder disfrutar de sus hijos al 100% ,con todos los sentidos, y así poder escuchar y atender todas sus necesidades. Porque cuando existe una educación consciente y responsable, educar se convierte en el acto de amor más grande del mundo.

3 comentarios:

  1. Hola Sara,

    me gustaría recomendar-te un libro (quizás ya lo conoces):
    "Nuestros maestros los niños" de Piero Ferrucci.

    En él, el filósofo y psicólogo italiano Piero Ferrucci cuenta lo que ha aprendido de sus dos hijos y de sus propias reacciones al enfrentarse con la difícil tarea de educarles.

    Con este planteamiento, el libro tiene tono de confidencia y de diario. Ferrucci trata de sacar una enseñanza de cada situación: por qué actúa así mi hijo, por qué reacciono yo así, qué puedo aprender.
    El libro se divide en "lecciones" que facilitan el tratamiento de los temas: Verdad, Confianza, Paciencia, Voluntad, Amor. Cada una, regada de pequeños sucesos simpáticos en los que se refleja lo distintos que son el mundo infantil y el adulto, y el prodigio que supone que los dos entren en sintonía.

    En estos tiempos, en que es más probable el riesgo de falta de autoridad paterna que el autoritarismo, puede parecer desfasado un libro que insiste más en escuchar a los hijos y en aprender de ellos que en enseñar. Pero nunca está de más escuchar, siempre que los padres no renuncien a educar. Al menos, el progenitor podrá descubrir que, a veces, tiene que aprender primero lo que quiere enseñar después (I.F.Zabala).

    Un cordial saludo,
    Yolanda Ávila.

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    1. Hola Yolanda, no conocía este libro pero me lo apunto pues parece interesante.

      un cordial saludo

      Sara

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  2. Si no lo consigues (estuvo descatalogado un tiempo) te lo presto.

    Saludos,
    Yolanda Ávila.

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